Los reembolsos de impuestos pueden significar una excelente oportunidad para dar pasos en la dirección del ahorro y la salud financiera, así como la

revisión de los gastos y la búsqueda de formas para reducirlos y emplear sabiamente el dinero.

Usa los reembolsos para pagar deudas. Esto es especialmente importante en relación con las deudas no aseguradas con intereses compuestos como las de tarjetas de crédito, pues los intereses se aplican sobre el total del balance que a su vez crece por los intereses en una suerte de círculo vicioso difícil de manejar cuando se va de control.

Abre una cuenta de ahorros. En lugar de gastar el reembolso, aprovecha para abrir una cuenta de ahorro. Muchos inmigrantes que antes no tenían documentos adecuados para abrir cuentas bancarias ahora pueden hacerlo utilizando la matrícula consular mexicana, que es aceptada por numerosas instituciones financieras del país para el propósito.

Abre una Cuenta Individual de Retiro (conocida como IRA en inglés). Esto puede hacerse en cualquier banco y tiene la ventaja de que no sólo el dinero crece por los intereses, sino que es deducible de impuestos mientras se mantiene en la cuenta.

Usa el dinero del reembolso para refinanciar. Ponlo como adelanto para refinanciar el automóvil o la casa. Esto podría reducir las mensualidades y sanear el panorama de las finanzas familiares.

Abre una cuenta de inversión en un fondo mutual, algo que ofrecen muchos bancos y fondos de inversión, y que ayuda a imponerse el compromiso de contribuir con cierta cantidad de dinero cada mes.

También se pueden comprar otros instrumentos financieros de ahorro como certificados de depósito o bonos.

Regala a los hijos, nietos o seres queridos la apertura de una cuenta de ahorros para la universidad, cuyo dinero podría ser deducible de impuestos y los agentes bancarios pueden ayudar a seleccionar las mejores opciones.

Crea una cuenta de emergencia, para situaciones como por ejemplo la pérdida de empleo o una eventualidad que ponga en riesgo las finanzas del hogar.